ResearchMatters: “La práctica clínica actual utiliza exámenes físicos y rayos X para monitorear la curación de fracturas. El problema es que el hueso se cura a través de un intermedio de cartílago, que no está mineralizado, por lo que los rayos X no pueden detectar ninguna curación durante esta fase “, dijo Lizzie Morris, técnico de investigación de SPRI.
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“Nuestra investigación analiza el colágeno tipo X, que es un marcador de las células del cartílago que se están convirtiendo en células óseas. Así que a medida que la fractura sana, y el cartílago comienza a pasar al hueso, se obtiene un pico de expresión de Colágeno X que disminuye a medida que el tejido se mineraliza al hueso. Si no hay un pico en el Colágeno X o si sus niveles nunca vuelven a la línea de base, tiene una falta de unión, lo que significa que su fractura no se está curando normalmente y es posible que necesite más intervención “.
A pesar de su importancia como parámetro clave de la salud y el desarrollo del niño, la velocidad de crecimiento es difícil de determinar en tiempo real porque el crecimiento esquelético es lento y no existen herramientas clínicas para detectar con precisión incrementos muy pequeños de crecimiento. Informamos el descubrimiento de un marcador para el crecimiento del esqueleto en bebés y niños.
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Este marcador corresponde a la tasa de crecimiento óseo lineal en el momento de la medición. Las concentraciones séricas de CXM trazadas contra la edad muestran un patrón similar a las curvas de velocidad de crecimiento en altura bien establecidas y se correlacionan con la velocidad de crecimiento en altura calculada a partir de mediciones de altura incrementales en este estudio. El marcador CXM es estable una vez recolectado y puede analizarse con precisión en el suero, plasma y manchas de sangre seca. Las pruebas de CXM pueden ser útiles para monitorear el crecimiento en la población pediátrica, especialmente las respuestas de bebés y niños con trastornos de crecimiento genéticos y adquiridos a intervenciones dirigidas a los trastornos subyacentes del crecimiento. La utilidad de la CXM puede extenderse a la gestión de otras afecciones, como la curación de fracturas, la escoliosis, la artritis o el cáncer.